martes, 23 de febrero de 2010

Primera semana

¡Hola de nuevo! Ha pasado una semana desde la operación, os contaré un poco cómo ha ido.

Como os contó Emilio, de la operación en sí no me enteré de nada, fue una gozada. Ni siquiera recuerdo haber sentido sopor antes de dormirme. Recuerdo haber estado mirando las luces del techo y, de pronto, las voces llamándome para despertarme. Me costó unos segundos darme cuenta de dónde estaba, y lo primero que hice fue llevar la mano a la zona del ojo con cuidado, para ver si lo tenía ya cubierto. Cuando mis dedos tocaron la venda que me cubría el ojo comprendí que la operación ya se había realizado y que estaba en la "sala de despertar". En cuanto me desperté apenas un poco más, ya me cambiaron de camilla y me llevaron a la habitación. Recuerdo la sensación agradable de que te lleven en camilla y el leve miedo a que tropezasen contra alguna esquina y mi ojo saliera disparado de mi cara. Por suerte, nada de esto sucedió. :)

Aclarar que a mí no me cortaron las pestañas para la operación ni se me clavaron en el ojo ni nada de eso, aunque los párpados sí los tenía hinchados.

Los dos primeros días, sobre todo el de la revisión que os contó Emilio, fueron los peores, porque el ojo estaba incómodo y un poco dolorido (no mucho). Los Nolotiles van muy bien en este caso, me quitaron todas las molestias. La garganta también la tenía dolorida debido a la operación, probablemente se había quedado demasiado reseca, y eso que había cometido el error de beber un sorbito de agua la mañana de la operación, aun cuando debía ir en ayunas. Ignoraba que el agua sí rompe el ayuno obligatorio. Ahora ya lo sé, después de casi ganarme una bronca de la enfermera hasta que le aseguré que había sido un sorbito minúsculo y se relajó.

La buena noticia fue que me dejaban estar tumbada del lado derecho, lo cual facilitaba mucho el dormir. Al día siguiente, como os dijo Emilio, me dijeron que también podía estar incorporada, que la silicona cubría el desprendimiento igualmente. Y boca abajo, claro, la postura por excelencia sobre la que tanto he leído en otros testimonios. Esta variedad de posibilidades me permite leer cómodamente, ver la tele, estar al ordenador y muchas otras actividades tranquilas.

Las molestias en el ojo se fueron al tercer día, y la hinchazón se fue suavizando hasta desaparecer prácticamente por completo el lunes siguiente al martes de la operación. No obstante, el ojo sigue lloroso, y justamente por eso y a pesar de que lo destaparon el miércoles pasado, lo he tenido cubierto con una gasa bajo las gafas. El oftalmólogo opinó que era mejor dejarlo al aire, así que ya no tengo la gasa, aunque tengo el ojo cerrado igualmente la mayor parte del tiempo. No sólo llora, sino que mi visión por él, pese a que veo el campo visual completo, es acuosa y borrosa y me dificulta cualquier actividad. Ahora estoy escribiendo esto utilizando exclusivamente mi ojo derecho que, curiosamente, siempre ha sido "mi ojo malo" y, sin embargo, se está portando ahora como un campeón. Y que dure.

Por lo demás, la semana tras la operación ha ido bien. He tenido a mi madre y a Emilio y sus padres echándome un cable para evitar moverme demasiado, y ahora ya puedo más o menos hacer vida normal, procurando moverme siempre despacio, no coger demasiado peso y no agacharme muy a menudo. Esto ni siquiera me lo ha dicho el doctor, lo evito más que nada por lo que he leído por ahí.

Y bueno, ahora a esperar.

1 comentario:

  1. hola quiero compartir con vos una pagina de mis dibjos yo tengo desprendimiento de retina en ambos ojos y he hecho dibujos sobre eso y sobre otras cosas.. saludos
    www.facebook.com/nacosj

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