viernes, 12 de marzo de 2010

Visita al IMO

Ayer fuimos al IMO, en Barcelona. Llegar fue sencillo, pues las explicaciones que dan en su web son claras y precisas. Desde la estación de Sants cogimos el metro (línea verde) hasta la parada de Zona Universitaria, y al salir por la última de las bocas de metro (hay varias salidas) vimos justo enfrente una paraba de autobús, así que nos limitamos a esperar a que pasara el número 60 y este nos llevó hasta la parada de Bellesguard. Todas las paradas tienen su nombre indicado en un poste, así que no hay forma de confundirse (pese a que eché de menos los avisos de paradas en el interior del bus). La parada de Bellesguard está justo delante del IMO. Cuando bajas del bus y miras a tu alrededor lo ves allí delante, grande y moderno y con grandes letras que indican que aquello es el Instituto de Microcirugía Ocular.

Llegamos con tiempo de sobra, así que nos fuimos a la cafetería y comimos el menú del día, que costó algo más de 12€ por persona. La comida estaba muy bien y las instalaciones de la cafetería, con grandes ventanales, buenas vistas y cómodos asientos, parecían muy nuevas.

Nos fuimos a la sala de espera a las tres menos diez. La sala era muy amplia, de aspecto impoluto y también con grandes ventanales. Mi cita era a las tres y aún faltaban dos minutos cuando me llamaron ya para entrar.

Primero una doctora me graduó la vista, que nunca viene mal, y descubrí que por mi ojo operado soy capaz de ver si me ponen la graduación correcta. Parece que los cerclajes (el cinturón de silicona que me han puesto apretando el globo ocular) aumentan mi miopía, pero el aceite de silicona la disminuye, así que ahora mismo tengo el equivalente a una miopía de 3,5 dioptrías, que variará cuando me extraigan el aceite de silicona. El ojo derecho parece haber aumentado 0,25 desde la última vez que me gradué la vista, hace tres o cuatro años.

Después nos llevaron a otra sala de espera donde apenas estuvimos dos minutos, y luego a otra consulta donde ya me atendió el doctor García-Arumi, que a juzgar por el currículum que tiene debe de ser de esas personas que son capaces de hacer cuatro cosas a la vez por lo menos. Me miró los dos ojos y luego contestó a las tropecientas preguntas que le hicimos.

En primer lugar, dijo que la retina había sido bien soldada, que la anterior operación la habían hecho muy bien y que tenía muy buen aspecto, lo cual es una muy buena noticia. Aquí tenéis unas fotos que me hicieron de ambos ojos:


La de abajo es el ojo izquierdo (el operado), y la de arriba es del derecho. Sobre el derecho, el doctor me advirtió de que la retina se nota más delgada de la cuenta en la periferia, así que tendré que vigilarla por si se produjeran desprendimientos. En cuanto al ojo izquierdo, pues en la parte derecha de la foto veréis una zona amarilla irregular, que representa la zona en la que me aplicaron el láser para sellar la rotura. Sellaron una amplia franja, más o menos desde lo amarillo intenso hasta esa línea oscura que traza un círculo completo. Desde esa línea oscura hacia el exterior, que es como un neumático, es el cerclaje que comprime el ojo. Cuál no sería mi sorpresa cuando me dijo que el cerclaje no se quita, sino que se queda ahí de por vida. Eso no me lo habían dicho, y no es que me oponga ni nada de eso, pero sí que es interesante saberlo, y saber que por su causa mi miopía aumentará un par de dioptrías, dado que aumenta el diámetro antero-posterior del ojo, que es una de las causas de la miopía. Creo haber dicho anteriormente lo contrario: que el cerclaje compensaba la miopía. Por lo visto es el aceite de silicona lo que compensa, y el cerclaje lo que la aumenta.

García-Arumi aseguró que él operaría ya para extraer el aceite. La tensión ocular del ojo izquierdo está subiendo por su causa, ahora mismo la tengo en el límite de lo que son valores normales. La retina parece bien pegada y ya no hay motivo para tener ahí el aceite de silicona presionando. Si decidiese operarme en el IMO (por unos 2000€) el día 24 ya estaría operada y seguramente no tendría un postoperatorio complicado, porque el doctor no era partidario de poner gas, aunque también afirmó que esa decisión la tomaría en función de cómo fuese la operación. Si la operación va bien y la extracción del aceite se hace correctamente, no hay motivo para seguir presionando la retina. El aceite es lo que la presiona, pero esto sólo es útil cuando el láser aún está cicatrizando y necesita ayuda para mantener la retina en su sitio. Sin embargo, una vez que esta está ya asegurada, no hay motivo para seguir presionando nada con sustancias densas, como gas o aceite. Si durante la operación se produce un pequeño desgarro y se pone el gas para presionar, eso no pegará la retina, sino que retrasará el momento del siguiente desprendimiento, que sucederá en cuanto el gas se disipe. Si se produce ese pequeño desgarro entonces hay que volver a aplicar láser y valorar si hace falta el gas para mantener la retina en su sitio mientras el láser cicatriza. Si el desgarro es pequeño, tal vez ni siquiera sería necesario. Como dijo el doctor, lo principal al quitar el aceite es asegurarse mucho de que todo está bien. Si es así, la retina no tendría por qué caerse. Aseguró que un 60% de posibilidades de que volviera a caerse le parecía muy exagerado y comentó que él considera que, en buenas manos, un 90% de posibilidades de éxito es más correcto, y que estoy evolucionando bien.

Le pregunté si él consideraba que la siguiente operación era complicada, porque me estaba planteando operarme allí. Me dijo que la operación complicada era la anterior, y aunque la siguiente obviamente también hay que hacerla bien, es en realidad más sencilla. Me dijo que era decisión mía dónde me operaba, fue muy neutral y no barrió para casa. Valoró muy positivamente el trabajo hecho por los doctores Ramos y Peris en el Hospital General de Castellón.

Le preguntamos sobre el rol del vítreo (el líquido que rellena el ojo) y del humor acuoso que lo sustituye, y con total desprecio hacia el vítreo dijo que no servía para nada. Que cumplía cierta función en el feto al formarse el ojo, pero que en el adulto daba más guerra que valía, que no ejercía ninguna presión sobre la retina (y el humor acuoso sustituto tampoco) y que para lo único que servía era para desprenderla mediante tracción. Tal como lo pintó, le pregunté que por qué no me hacían una vitrectomía en el ojo derecho para prevenir, a lo que respondió que una operación no deja de ser un riesgo y que, mientras no pasara nada, mejor dejar las cosas como estaban.

Sobre cómo prevenir un desprendimiento en el ojo derecho, me dijo que lo único que podia hacer era controlarlo cada seis meses. En definitiva, no hay nada que hacer. Si se tiene que producir, se producirá.

Eso fue más o menos todo. En cuanto dejamos de hacerle preguntas el doctor se fue, como si alguien más estuviera esperándole, así que no tuve tiempo de rebuscar en mi cerebro en busca de más preguntas. No le pregunté, por ejemplo, a qué podría haberse debido la inflamación del nervio óptico que originó todo el asunto. Pero en general quedé bastante contenta con la información que nos dio y hasta con el precio, que pese a no ser barato (la consulta fueron 150€, fotos de la retina incluidas) tampoco fue todo lo caro que me esperaba.

Siguiente cita: el día 22 en Castellón. Veremos qué me cuentan. :)

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Bien!!!

    Fase terminada. Empezando fase siguiente.

    150€ te los cobran hoy en día simplemente por mirarte a los ojos, aunque sea un dermatólogo :-) Así que... dinero bien gastao.

    Lo dicho, esto es como pelear con la burocracia: paciencia y cabezonería. Así a lo tonto ya hemos pasado del 40% al 90%...

    Me alegro mucho.

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  2. Desprendida (Raquel)22 de marzo de 2010, 10:58

    Mucha suerte!!!!

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