miércoles, 3 de octubre de 2012

Operación de cataratas

Ayer tuve cita en el quirófano para operar la catarata que se me formó hace cosa de un año en el ojo izquierdo. El aspecto de mi ojo hoy es este:


Nada mal, ¿no? Considerando cómo había quedado tras las anteriores operaciones, esto es una maravilla.

La operación fue muy bien. Me operó el doctor Francisco Ramos, que tiene unas manos de oro el hombre, y en media hora o así ya había acabado. Ya le he dicho que un día de estos le llevaré bombones. A propósito de esto y como nota al margen, comentar que esta vez no me dieron nada de comer después de la operación. Es consecuencia de los recortes de este maravilloso gobierno (entiéndase la ironía de la frase). Como había ido en ayunas y tenía hambre, Emilio me compró unas natillas en la cafetería.

Me pusieron de nuevo anestesia local,  pinchando el ojo como en la anterior operación, y reitero lo de que no es tan fiero el león como lo pintan. El pinchazo no duele más que depilarse un pelo de la ceja con unas pinzas. Más bien al contrario, duele más lo del pelo. Luego creo que pinchan más veces, pero la verdad es que no tengo ni idea, porque de esas sí que ya no te enteras.

Justo antes de empezar, me picó la parte lateral izquierda de la nariz y me rasqué. El doctor me dijo que mejor no me tocara ahí. Tuvieron que limpiar la zona con un algodón. Así que ya sabéis, no os toquéis cerca del ojo si vais a operaros.

En esta ocasión no puedo describir la operación al detalle porque, aunque había una chica allí observando y aprendiendo, las explicaciones fueron breves y esporádicas, como si ya hubieran repetido la misma operación miles de veces. Sí puedo decir que, durante la operación, se ve luz a través del ojo anestesiado,  se ve la lente cuando te la implantan, y se sienten cosas no demasiado agradables, pero tampoco dolorosas. Lo mejor es que la operación pasa muy rápido y, cuando te vas a dar cuenta, ya ha terminado.

La lente elegida al final fue la que me deja con siete dioptrías, para que la graduación sea similar a la del otro ojo y no haya descompensación. Debatimos el tema en la última visita, y luego Ramos habló con Peris, y todos llegamos a la conclusión de que era la mejor opción. Tengo la impresión de que para Ramos poner una lente que no me dejara a cero las dioptrías era casi una ofensa personal, pero como hacerlo conllevaría seguramente operar el ojo derecho para compensarlo, al final decidimos que mejor pájaro en mano que ciento volando: el ojo derecho se queda como está.

Tras la operación, tocó reposo: un día entero con el ojo cerrado, la gasa y la férula sobre él para protegerlo, nada de agacharse, ni de coger pesos, y la cabeza bien alta todo el tiempo. Y dormir boca arriba. Me pasé prácticamente el día entero tirada en la cama sin hacer nada, dejándome cuidar por Emilio, que dice que soy mala paciente pero se queja de vicio :P. La recompensa: dolor cero. Y eso que al irnos del hospital nos dijo una enfermera que, por alguna razón, los jóvenes solíamos sufrir más dolor que los mayores. Yo noté en algún momento que, al mover el ojo, molestaba un poco. Solución: no moverlo. Funcionó, oye. :-) 

Hoy, en la  primera revisión tras la operación, me retiraron las gasas, me limpiaron el ojo y Ramos comprobó la retina, ahora que la puede ver bien, sin catarata de por medio. Sigue bien pegadita en su sitio. El ojo lo puedo abrir con normalidad y sin molestias, pero me han recomendado que, para dormir, le ponga las gasas y la férula para protegerlo de cualquier golpe accidental. Al menos, puedo ponerme en la postura que quiera. Y tengo que poner gotas de Tobradex y Acular cuatro veces al día.

Mi visión ha mejorado algo, pero sigo viendo las cosas distorsionadas, como si estuvieran bajo el agua. Cuando gradúe las gafas veré algo más, pero no me engaño: mi visión de ese ojo ha perdido mucho y no va a ser ni de lejos la que fue. Y eso que no era la bomba, con siete u ocho dioptrías de miopía. Cosas que pasan. Me consideraré feliz si no tengo que volver a pasar por el quirófano, y muy especialmente si mi ojo derecho sigue portándose como un campeón.

Y creo que nada más por ahora. La semana que viene, revisión. Nos vemos entonces. :-)